¿Pueden los 4×4 sobrevivir a la electrificación?

Con sus chasis en forma de escalera, sus ejes rígidos que se cruzan casi sin límite y sus bujes desembragables, los duros baroudeurs de antaño, con ángulos de ataque, parabrisas que nada asustan, han sido eclipsados paso a paso por los SUV. Los últimos mohicanos se llaman Mercedes Clase G, Toyota Land Cruiser o Land Rover Defender, pero todos ellos, sin excepción, han tenido que sacrificar parte de su rusticidad en el altar de la modernidad. Se han adaptado a los tiempos, a las necesidades de versatilidad que desean los clientes. Pero, ¿conseguirán adaptarse al mundo totalmente eléctrico?
En Mercedes-Benz, que ofrecerá una gama totalmente eléctrica a partir de 2030, la Clase G irá dejando paso a un futuro EQG. Este último fue presagiado por un concept car presentado en septiembre de 2021 en el salón «mobility» de Múnich.
La versión de producción del Mercedes EQG, prevista para 2024, se beneficiará de cuatro motores eléctricos. Una configuración atípica en un mundo en el que dos máquinas eléctricas ya son suficientes para proporcionar tracción total. Para el futuro «G» electrificado, esta arquitectura permitirá un modo denominado G-Turn, que permite al vehículo girar sobre sí mismo. ¿Una especie de Drift adaptado al uso off-road? No, la idea es más bien poder hacer un giro relámpago para evitar un obstáculo demasiado grande, pero también ofrecer la mejor conducción posible con una distribución óptima en cada rueda según el nivel de agarre, una forma de no gastar la carga de la batería innecesariamente. Esto complementará la suspensión de rebote introducida en el último Mercedes GLS, una tecnología útil para evitar quedarse atascado.
Según Emmerich Schiller, director general de Mercedes-Benz G GmbH, es decir, el jefe de la división de productos de vehículos todoterreno de Mercedes-Benz AG, el EQG se basará en la plataforma adaptada de la actual segunda generación de la Clase G de Mercedes y no en la de las berlinas y SUV EQE y EQS.
La batería tendrá una capacidad de 100 kWh y estará encapsulada herméticamente para que pueda atravesar los principales vados. La marca de la estrella indica que la batería del tipo de iones de litio se beneficiará de ánodos de silicio en lugar de grafito, una tecnología desarrollada en colaboración con la start-up estadounidense Sila, que también se ha acercado a Porsche. El objetivo es garantizar una densidad energética hasta un 50% superior a la de las baterías actuales, pero también reducir el tiempo de recarga de la batería. Dos innovaciones imprescindibles para una autonomía cómoda y para aventurarse en zonas en las que las estaciones de recarga no son habituales.
Porque, y este es un detalle importante, el peso del vehículo debe ser cercano a las 3,5 toneladas. Eso es una tonelada más que un Mercedes Clase G 63 AMG. El nuevo Range Rover, con su versión larga de siete plazas, ya pesa 2.810 kg, y no será esta última la que se electrifique. Sin embargo, la versión «corta» de cinco plazas pesa al menos 2.390 kg en vacío.
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