Nuevo Hyundai Kona: Iron Man, un SUV urbano de vanguardia.
Ahora tendremos que acostumbrarnos al nuevo lenguaje de estilo de Hyundai, que se desvía aún más del estilo de diseño bio y las líneas suaves y fluidas sin interrupciones de curvas. Las últimas salidas ya iban en esa dirección, con un diseño más nervioso y con múltiples ángulos. Esta segunda generación de Kona aún lo clava más profundo y va incluso un paso más lejos, ya que es el primer modelo de serie en llevar este extraño rostro, que recuerda vagamente al casco del Iron Man con su escudo de formas geométricas y este peculiar iluminación de LED, formando una línea horizontal que corre a lo largo de la anchura de la parrilla. ¡Increíble! Pero una vez más, Hyundai debería haber logrado su objetivo al lanzar un modelo que será inmediatamente reconocible en la carretera, imitando el último Tucson.
La presencia de líneas horizontales es omnipresente en este Kona, que se diferencia ampliamente del Kia Niro, de la que hereda la plataforma. Desde la parte trasera con un gran panel de luces píxeles recordando a la gama Ioniq, hasta en el interior con un tablero minimalista y adornado con una pantalla táctil clásica en línea, que engarza la instrumentación y el infotainment. Muy clásico, incluso hay que destacar la presencia de una consola central que reúne algunos controles físicos bienvenidos para los alérgicos al todo táctil.
Por el momento, esta presentación (un poco sorpresa, hay que decirlo) es sólo parcial. Hyundai no da detalles sobre la parte técnica de su Kona, que seguirá siendo «multienergía»: híbrido y eléctrico. Pero no debería haber sorpresas con los bloques híbrido y eléctrico de su primo Kia Niro. Notemos sin embargo una gran toma de hormonas de crecimiento: el nuevo Kona reivindica 4,36 metros de longitud, contra 4,21 metros para la generación anterior. Esto debería beneficiar el volumen del maletero y sobre todo darle al Kona la oportunidad de hacerle daño a un Renault Mégane E-Tech más limitado en términos de volúmenes interiores.
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